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Mostrando entradas de noviembre, 2017

GOBIERNO DE TRANSICIÓN

La prioridad de un Gobierno de transición consiste en contrarrestar regímenes que afectan el sano ejercicio de la democracia. Históricamente, han surgido como una respuesta efectiva a los totalitarismos arbitrarios que ocasionan grandes perjuicios a los sistemas democráticos. La idea es recuperar la senda de la institucionalidad que ha sido devastada por capricho propio de los dictadores desmesurados que profanan ideologías ‘socialistas- comunistas’. En tratándose de una figura que resulta pertinente utilizarla en países como Venezuela y Cuba, en tanto es una medida acertada para combatir la plaga comunista que ha demacrado los sagrados cimientos democráticos de ambas naciones, consideramos que en el caso nuestro, contrario a lo anhelado por la guerrilla de las Farc, no es conveniente permitir la aplicación de esta figura, mucho menos, cuando actores de crímenes atroces, pretenden a través de la misma, acceder a la estructura del poder legítimo de un Estado Constitucional de Derecho

COMISIÓN DE LA 'VERDAD'

El contubernio entre Santos y las Farc apesta como el que más, no tiene precedentes y atenta gravemente en contra de la mediana institucionalidad que escasamente se mantiene. En tanto se discute la escogencia de los magistrados de la JEP, el país conoció hace unos días a los once integrantes de la comisión de la ‘verdad’ que, sin más ni más, se encargarán de brindarle una limpieza total al rostro criminal de las Farc. Como era de esperarse, dicha asignación ha generado exagerada barahúnda en la realidad política colombiana. Y no es para menos cuando luego de efectuar el respectivo análisis, encontramos tenebrosos nombramientos iguales o peores que los de la malintencionada JEP. Se ha dicho que la finalidad de dicha comisión consistirá en el esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la no repetición, exponiendo los orígenes, razones, hechos y actores que por acción u omisión llevaron al país a la guerra infame. Lo que a nuestro juicio, parece un chiste de muy mal gusto, puest

CONTROL SOCIAL Y VEEDURÍAS PÚBLICAS

El control social es la facultad que tienen los ciudadanos de vigilar la gestión de los servidores públicos, y de los particulares que se encuentren ejerciendo función pública. La idea es evitar posibles actos de corrupción por parte de los servidores públicos, y, que éstos eviten también, incurrir en posibles errores que logren afectar potencialmente el desarrollo de la nación. El control y la vigilancia de la ciudadanía se ejercen a través de un modelo de Estado Democrático que permite generar un nexo directo entre ésta y los servidores públicos que ostentan la administración del erario. Por ende, la obligación del servidor público es de plena rendición de cuentas a la ciudadanía, ya que, a través de la misma es que encontramos los elementos de juicio necesarios para determinar si hay malversación en los recursos o alguna irregularidad que pueda poner en detrimento las finanzas estatales. Las veedurías tienen una finalidad preventiva, en tanto, pretenden regular el actuar de los

LOS MALIGNOS DE LA JEP II

Continuando con la columna de la semana anterior, manifestamos los restantes miembros de la JEP que, fueron asignados a dedo por el Gobierno Nacional bajo la apariencia mezquina de cumplir los supuestos filtros de elección transparente, advirtiendo previamente que, hay quienes pretenden tildarnos de guerreristas infundados por emitir consideraciones sumamente racionales y razonables. ¡Qué estigmatización tan profunda! No obstante, por ello, no dejaremos de denunciar a los avasallantes integrantes de la oscura JEP. En primer lugar, Mirtha Patricia Linares Prieto, una contratista de entidades como la Contraloría, el Centro de Memoria Histórica, el ICBF, el ICFES que, además, ha formado parte de la rama judicial como Magistrada Auxiliar de la Corte Constitucional y ha sido Procuradora Delegada de Etnias y Víctimas. Esta señora padece preferencias políticas a favor de ideologías de centro izquierda, desde que era estudiante universitaria. Es evidente que los mismos no han mutado.

LOS MALIGNOS DE LA JEP

En ocasiones previas, hemos advertido la parcialidad notoria de los magistrados de la JEP: un cardumen de farianos de escritorio provenientes de la extrema izquierda, integrantes de la mermelada contratista- clientelista del Gobierno Nacional. En su mayoría, se trata de personajes nefastos que aborrecen todo aquello que provenga de las ideas de centro derecha, debido al extremismo inocuo de sus funestas toldas políticas. No obstante, debemos reconocer que de los 38 magistrados titulares y de los 13 suplentes, hay cuatro o cinco que reúnen las calidades necesarias. Los restantes son más de lo mismo. Frente a algunos de ellos nos referimos posteriormente en esta columna, con especial detenimiento. No sin antes advertir, nuestra visión desoladora, en la medida en que, la función notarial de dicho tribunal especial, constituye la garantía de persecución absoluta que requieren, necesariamente, los cabecillas de las Farc para anular, moral, social y políticamente a los contradictores repres