Ser uribista en Colombia es estar expuesto al mayor debacle con los resentidos que destilan odio en contra del señor Uribe. Ser víctima de la intolerancia, de los improperios y de las ofensas es la consecuencia de simpatizar con la obra del Gobierno de un señor que tuvo grandes aciertos, pero también algunos desaciertos que sus simpatizantes nunca hemos dejado de reconocer. No obstante, en la administración pública nacional, gústeles o no, Uribe sacó a Colombia de la hecatombe que padecía por cuenta del terrorismo revolucionario. Por ello, los que creemos mesuradamente en su gestión, tenemos presente que, ha sido el único mandatario capaz de cumplir con lo pactado en campaña. No pretendemos deducir la perfección en su obra de Gobierno, ni mucho endilgarle una tendencia impoluta, porque bien sabemos que no es así, pero sí reconocer que ha sido uno entre tantos hombres que en el ejercicio de la presidencia, gestionó algo coherente para el bienestar de todos los colombianos. Los
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