El próximo domingo transcurrirá un día de suma relevancia: en calidad de constituyente primario, tendremos la oportunidad que nos merece cada cuatro años para elegir acertadamente. Votar de manera responsable, libre y espontánea es una obligación moral y un deber constitucional que nos asiste como ciudadanos. El punto relevante es tomar conciencia y cumplir con esta prerrogativa democrática que, infortunadamente, ha perdido otro país vecino al nuestro. Contamos con el privilegio de escoger al candidato más apropiado para dirigir los hilos de la patria. Por tal razón, es menester que salgamos y manifestemos nuestras convicciones a través del voto. El mejor candidato es el que usted, libremente, considere. Eso sí, siempre y cuando haya estudiado minuciosamente sus propuestas, sus debates y discursos en la plaza pública. Por ello, no resulta factible votar por el que jocosamente le haya dicho su jefe, amigo o familia, pues para cumplir cabalmente con el derecho al voto, es de suma
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