Ir al contenido principal

METÁSTASIS EN LA SALUD


En metástasis se encuentra el sistema de salud colombiano por consecuencia de la repugnante corrupción. Recientemente, la fiscalía general de la nación sostuvo que el hueco económico equivale a un billón de pesos. ¿Qué pasó allí? Sencillo: ¡Se los embolsillaron algunos para saciar sus ambiciones de riqueza! ¿Y quiénes son los responsables de ello? Más sencillo todavía: Las mafias de las EPS, sus gerentes y algunos de sus compadres asignados en las cajas de compensación. Lo grave es que así llevamos más de veinte años sin que ocurra absolutamente nada, porque, nos parece normal que en Colombia la corrupción esté infestada. Lo que nos demuestra que somos un país poco serio, plenamente sumergido en la indiferencia, en la desidia y en la inmundicia humana.

¿Y por qué decimos que son los responsables? Básicamente, por tres razones: primero, porque los gerentes hacen y deshacen sin conocer límites ni controles, cuales potenciales rufianes, sedientos de dinero y poder. Segundo, porque administran de manera ineficiente el personal y los recursos para optimizar el funcionamiento en cobertura y calidad. Tercero, porque además de lo anterior, gozan de funciones omnímodas que les permiten contratar a dedo, sin atender el más mínimo ápice de legalidad y transparencia en los procesos de selección. Como si fuera poco, las auditorías son ineficientes, toda vez que, algunas veces, se benefician directamente de las dádivas otorgadas por los gerentes de las EPS. Lo grave es que ello lo hacen, soezmente, en complicidad con las directivas de la caja de compensación. Así, presenciamos una red organizada, la cual debemos desarticular con basto rigor. ¡Se trata de criminales de alta peligrosidad!

Pero, sabemos que la situación es espuria dado que las redes criminales enquistadas en el sistema de salud son un cáncer semejante al terrorismo nacional. Y es así como comprendemos que el terrorista es igual de nefasto al corrupto incrustado en el sistema de salud colombiano: ambos ocasionan genocidios, pero de diferentes maneras. El primero, toma las armas para asesinar a la población con ambiciones de poder. El segundo, se roba los recursos sagrados, únicamente por llenarse sus bolsillos, condenando así a morir a miles de personas que no pueden acceder a un medicamento de calidad o a la prestación de un servicio eficiente, óptimo y oportuno.

¿Encuentran, ustedes, alguna diferencia entre el uno y el otro? ¡Pues no la busquen, porque no la hay!

No siendo ello suficiente, no deja de inquietarnos que, en materia de salud las contrataciones sean perversas, las nóminas directivas poco preparadas y los medicamentos un burdo negocio impetrado por quienes dirigen los deplorables regímenes contributivo y subsidiado. Aunque, lo realmente reprochable es que, ante semejante genocidio comunitario, sean, precisamente, los presidentes de algunas cajas de compensación y de unas cuantas EPS (Personas supuestamente formadas en principios y valores) quienes pasen de agache por esta triste realidad, todo por miedo a ser removidos o despedidos de sus cargos. Entretanto, los ciudadanos padecen la ignominia de enfermarse y fallecer, mientras esperan meses, y, a veces años, por una miserable cita de 30 minutos o por una vadeable remisión con un especialista de la salud. ¡Qué desvergüenza ser cómplice de ello! 

Adicionalmente, encontramos cada vez más a infinidad de médicos quejándose de las condiciones de explotación que padecen en las EPS: les pagan mal o no les pagan puntualmente, les doblan el turno laboral de manera arbitraria, los obligan a trabajar el doble y los envían a cumplir intensos servicios en otros municipios por el mismo sueldo. Y es que, con esos salarios paupérrimos que padecen los médicos generales, ¿Cómo pretenden que funcione idóneamente el sistema? 

Finalmente, resulta inadmisible que, los directores de la EPS y de las Cajas de Compensación, soporten un común denominador: no tienen idea alguna sobre el sistema de salud, ni conceptual ni funcionalmente, y devengan millonarios salarios. Ello es, lo que merece toda nuestra atención, porque estas entidades deben ser dirigidas por gerentes responsables, que se caractericen por ser conocedores indiscutibles de la materia, y no por torpes figurines de moda analfabetas del tema.

¡Desafortunadamente, en tanto sigamos así, nuestro sistema no progresará!

Posdata: Existen honrosas excepciones, dado que algunas cajas de compensación y unas pocas EPS cumplen cabalmente su labor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL NUEVO CÓDIGO DE POLICÍA

Previo a la revisión constitucional, el nuevo código de policía cuenta con múltiples vacíos que resultan preocupantes para todos los involucrados, principalmente para la ciudadanía. La generosa discrecionalidad para las autoridades policivas es amplia y ello se presta para notables arbitrariedades en contra de la población civil. La inexactitud en ciertas normas, y las potestades confusas para los funcionarios son la principal preocupación del pueblo colombiano; en realidad no sabemos si la situación se prestará para mejorar la convivencia pacífica de un país que en los últimos años ha cambiado, o si por el contrario se efectuará un mayor caos por la posible vulneración de los derechos y libertades individuales del conglomerado. Las multas dispuestas por esta normatividad constituyen un potencial rechazo en la sociedad, toda vez que los colombianos consideran las sanciones pecuniarias como un abuso que no tienen por qué soportar. La creencia popular radica en pensar que el nuevo ...

¡CANTA, MADURO!

Las declaraciones del dictador venezolano sobre el proceso de paz no son un desvarío, excepto aquella en la que manifestó que existía un plan para exterminar a las Farc. Sin incitar a la violencia, éramos muchos los que esperábamos la baja total de los cabecillas, empero, ello no fue posible ni en la dedicación exhaustiva de Álvaro Uribe, ahora menos en la displicencia hiperbólica de un sujeto que no tuvo coraje para combatir la criminalidad, sino que, desidiosamente optó por arrodillarse a la voluntad terrorista.                                                                                ...

LA VERDAD SOBRE LOS FALSOS POSITIVOS

Falsos Positivos fueron las bajas de los civiles- no beligerantes- cometidos por algunos miembros del Ejército de Colombia, abusando de la potestad de ejercer, legítimamente, la acción contundente del Estado. Específicamente, estos asesinatos tenían como objetivo aparentar resultados militares-operacionales exitosos contra la banda narco mafiosa Farc- cuando era lo contrario- con el fin de obtener retribuciones de carácter económico, días de descanso, condecoraciones y atractivos reconocimientos. El tema, desde la Responsabilidad Extracontractual del Estado, ha constituido una falla del servicio, pues la fuerza pública en ninguna circunstancia puede atentar contra la vida de personas no beligerantes, ni mucho menos en eventos de inferioridad. El daño antijurídico a los sujetos fue notorio, dado que no tenían el deber jurídico de soportarlo. De allí las condenas resarcitorias en contra del Estado colombiano. Luego, desde la Responsabilidad Política, resulta un despropósito enorme ac...