Recientemente, se conocieron
nuevos elementos de prueba en el caso de los hermanos Uribe Vélez.
En primer término, sobre el caso
de Santiago Uribe (hermano del senador y expresidente) donde se conoció el
testimonio de un exparamilitar que, resulta sumamente útil, conducente y
pertinente para determinar dos aspectos: el primero, su posible inocencia en un
proceso que se le adelanta por supuestos vínculos con grupos paramilitares y,
el segundo, el miserable entramado del que también ha sido víctima por parte
del cartel de falsos testigos.
La prueba a la que hacemos
mención es el testimonio tajante del exparamilitar alias ‘Monoleche’ en la que
afirmó de manera clara, detallada y contundente ante un estrado judicial que,
durante los 15 años que integró aquel grupo ilegal, bajo ninguna circunstancia
escuchó tema alguno sobre los hermanos Uribe Vélez, ni personal ni patrimonial,
ni por sus propiedades ‘Las Guacharacas’ y ‘La Carolina’. Asimismo, fue
enfático en afirmar bajo gravedad de juramento que, durante el tiempo en el que
estuvo en prisión, Pablo Hernán Sierra, conocido con el alias de ‘Alberto Pipintá’
le habría ofrecido beneficios económicos y jurídicos a él, y a los
paramilitares alias el ‘Alemán’, alias ‘Hasbún’ y alias ‘Ernesto Báez’, dizque
en nombre del Senador comunista, Iván Cepeda, para que “envainaran” a los
hermanos Uribe Vélez. Lo cual, cobra sentida relevancia, pues es sabido que el
Senador Iván Cepeda es un declarado enemigo político del expresidente Uribe y
haría cualquier cosa para acabarlo moral y políticamente, haciendo uso de todas
las formas de lucha.
Además, es cuento de vieja data
que, el Senador comunista, Iván Cepeda, se ha paseado por todas las cárceles
habidas en Colombia, bajo la excusa de preservar los derechos humanos de los
reos con el único fin de recolectar falsos testigos para encochinar a sus
adversarios a cambio de beneficios. Tema que, la justicia debería revisar con
seriedad y prontitud porque la gravedad del asunto acarrea graves consecuencias
jurídico-penales para ese sujeto.
En segundo término, sobre el caso
del expresidente Uribe, en el que la corte suprema de justicia de manera
arbitraria desestimó importantes elementos de prueba, como el testimonio
determinante de Enrique Pardo y unas entrevistas a unos testigos aportadas por
su defensa. Lo cual, no tiene presentación alguna.
Sin embargo, recientemente
apareció un elemento de prueba determinante que sí debe valorarse de manera
oportuna, toda vez que se trata de una carta del exparamilitar Juan Carlos
Ramírez Sierra, conocido con el alias del ‘Tuso Sierra’, en la que manifestó
que, estando recluido en la prisión federal de ‘Washington Correctional
Treament Facility’, recibió la visita oficial de los señores Iván Cepeda,
Piedad Córdoba y Rodrigo Lara, quienes según él, le pidieron que rindiera una
declaración contra el senador Álvaro Uribe Vélez, dizque “por los presuntos
vínculos de este, con grupos al margen de la ley”. Lo cual también reviste una
gravedad exorbitante por la trascendencia del asunto, en la medida en que, si a
Uribe lo citaron a indagatoria careciendo de unos elementos probatorios sólidos
para hacerlo, mínimamente, deberían hacer lo mismo con los visitantes
anteriormente mencionados por el ‘Tuso Sierra’, pues se trata de un testimonio
sumamente grave que, tiene como probarse, ya que relaciona a tres sujetos- dos
de ellos congresistas- que viajaron hacia Estados Unidos para concertar un
burdo entramado criminal.
Ante dichas situaciones la corte
suprema debe obrar de conformidad y atender la situación con diligencia. Así
podría más o menos, reivindicarse; de no hacerlo por su pasividad y
preferencia, resultaría prudente que, la defensa del expresidente Uribe
acudiera a la CIDH, pues por ningún motivo puede permitirse semejante
vulneración al debido proceso. Además, a estas alturas el sesgo judicial no
tiene parangón. Por ello, es menester agotar todos los recursos posibles para
evitar la consumación de una vulgar infamia.
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