Debilidad mayúscula la del
Gobierno Santos: primero, ha tolerado las acciones macabras y homicidas del tal
‘Guacho’; un peligro efectivo para la sociedad, a quien necesariamente deben
capturar, o en su defecto, dar de baja. Segundo, ha soportado los miserables
chantajes del sanguinario ‘Paisa’, a quien también hay que capturar, o combatir
con determinación en campo de batalla.
‘El paisa’ regresó a su grupo
armado para reorganizar los atentados que llevará a cabo en el evento de que
continúe capturado y/o fallezca el capo ‘Santrich’. Y por dicha causa es que su
jefe ‘Iván Márquez’ lo siguió. Posiblemente ambos ya habrán coordinado las
acciones sanguinarias que emprenderán en contra del pueblo colombiano como
represalia efectiva, si llegare a fallecer su ‘camarada’ en prisión. Lo grave
del asunto es que, frente a esta realidad el Gobierno Nacional ha perdido la
dignidad en un nivel exorbitante, demostrando condescendencia con la
podredumbre revolucionaria.
La consecuencia de ello radica,
directamente, en que los bandidos con su olfato criminal han comprendido que,
entre más crueles sean, mayores indulgencias obtendrán. Y esto se presenta
porque tienen certeza de que todo lo pedido en la Habana, les fue concedido sin
soportar exigencias previas del Gobierno Nacional. Por tanto, consideran
apropiado elevar peticiones descabelladas, tales como exigir la liberación de
su homólogo criminal.
¡Funesto precedente!: los
genocidas no tienen reparo en amenazar abiertamente al Gobierno Santos, porque
han comprobado que este sufre cuando lo presionan. Todo dizque para salvar la
‘paz’. Y en esto ha radicado la estrategia de esos bandidos para que liberen a
‘Santrich’.
Recordemos la amenaza del
terrorista Iván Márquez hace unos días: “Estas castas que detentan el poder
parece que no observan el gran problema que se puede armar si llegare a morir
Santrich”, sostuvo el asesino de manera revanchista en los medios de
comunicación. El mensaje es claro: “Nos sueltan al camarada o levantamos el
país a bala”. Como en efecto, siempre lo han hecho.
Frente a ello, vale la pena
preguntarse: ¿Será que hemos regresado a la época maligna donde aquel grupo de
facinerosos intimidaba y ponía condiciones al Estado Colombiano? Para nuestro
infortunio, la respuesta es un SÍ rotundo, pero con la pequeña salvedad de que,
actualmente, estamos peor que hace 16 años. En el 2002 los guerrilleros de Farc
contaban con una mínima zona de despeje; contrario sensu, hoy día tienen mucho
más que ello. Y es por esta razón que presenciamos el resultado macabro del
pacto habanero: narcoterroristas enfurecidos exigiendo la libertad de otro
narcoterrorista que, pretendía ‘coronar’ diez toneladas de cocaína en el
exterior. ¡Impresentable realidad!
¡Habrase visto semejante
humillación!
Ahora las Farc levantan su ‘voz
de protesta’ por culpa de un Gobierno sumiso y delicado. Además, están
fortalecidas con un sólido brazo armado denominado ‘disidencias’, cuentan con
aliados del Cartel de Sinaloa, y, tienen también, sus malogradas fortunas con
un arsenal de armas encaletado. Elementos suficientes para chantajear al Estado
y generar temor dentro de los colombianos. Lo aberrante es que todo está
probado, pero no se ha visto contundencia por parte del ‘presidente’ Santos.
¿Qué esperará el Gobierno para
desplegar los operativos necesarios tendientes a contrarrestar la amenaza
impuesta por ‘El Paisa’ y ‘Guacho’? ¿Santos y su inepto ministro de defensa,
tendrán carácter para combatir a estos bandidos en los pocos días que restan de
su desgobierno, o estarán muertos del miedo?
¿Le heredarán el problema al
próximo mandatario?
Como fuere, lo único cierto es
que, hoy necesitamos más que nunca de la acción contundente del Estado y de su
fuerza institucionalizada. De no hacerlo, la banda terrorista Farc sembrará un
terror tan despiadado, no presenciado en 208 años de historia republicana.
Adenda: Lo descrito
anteriormente, podemos corroborarlo con la decisión de Iván Márquez de no
posesionarse en el Senado. Él sabe que está fuertemente involucrado en el caso
Santrich y teme ser capturado una vez esté posesionado. Márquez es ahora un
nuevo disidente que debe ser combatido. Mucho más cuando ‘El Paisa’ es su
protector.
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