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¡COLOMBIANOS, VOTEMOS!


Es menester que en calidad de ciudadanos hagamos un sano ejercicio democrático. Es imprescindible para el bienestar de nuestra nación elegir conscientemente, sin sesgos sometidos a conveniencias, beneficios o intereses mezquinos, ya que, el candidato que concede prebendas para ganar, inexorablemente, triunfa para robar; robar del erario, de su bolsillo, y de sus impuestos. Un motivo suficiente para relegarlo cuanto más sea posible.

El ejercicio del voto debe ir acompañado de un estudio riguroso del perfil del candidato. Su profesión, su antecedente personal, sus valores, obras y demás son un eje trascendental para emitir un juicio de valor acertado sobre aquel que pretendemos elegir. Tomémonos el tiempo de investigar a fondo y analizar al aspirante al que le vayamos a depositar nuestra confianza, para evitar futuras decepciones.  Recordemos que por muy conveniente que nos sea una prebenda, en unos años aquella se convertirá en un posible detrimento patrimonial, pues el dirigente que la concede, cuando ejerce el cargo para el que fue elegido, sin pudor alguno, se ocupa de saquear recursos del presupuesto público, para librar aquello que ‘invirtió’ en campaña. Además, estaríamos patrocinando a un potencial corrupto que no merecen gloria ni admiración.

En el ejercicio de nuestra democracia, como constituyente primario, gozamos de la facultad de manifestarnos. Así pues, en una conducta idónea de pueblo soberano, nuestra obligación es votar libre y espontáneamente. Evitemos desde cualquier esfera, fraudes electorales. Recordemos que aquel que concede beneficios para ganar, es un farsante que solo pretende apropiarse de los recursos nacionales. Hagamos cultura política y votemos por quien nuestras convicciones, consideren apropiado. Leamos cada propuesta, y, analicemos con detenimiento. De ser así, auguro muy buenos resultados.

Es hora de rechazar de plano a sujetos inescrupulosos que buscan en el sagrado ejercicio de lo público, intereses mezquinos y arbitrarios. Se trata de nuestro futuro como nación. Hagamos parte del cambio. No botes, no regales, ni vendas tu voto. Hazlo por amor, por conciencia y por sentido de pertenencia con tu familia, amigos y patria. De ello depende que nos desarrollemos como un Estado sano. La tarea es de todos.

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