Es menester que en calidad de
ciudadanos hagamos un sano ejercicio democrático. Es imprescindible para el
bienestar de nuestra nación elegir conscientemente, sin sesgos sometidos a
conveniencias, beneficios o intereses mezquinos, ya que, el candidato que
concede prebendas para ganar, inexorablemente, triunfa para robar; robar del erario,
de su bolsillo, y de sus impuestos. Un motivo suficiente para relegarlo cuanto
más sea posible.
El ejercicio del voto debe ir
acompañado de un estudio riguroso del perfil del candidato. Su profesión, su
antecedente personal, sus valores, obras y demás son un eje trascendental para
emitir un juicio de valor acertado sobre aquel que pretendemos elegir.
Tomémonos el tiempo de investigar a fondo y analizar al aspirante al que le
vayamos a depositar nuestra confianza, para evitar futuras decepciones. Recordemos que por muy conveniente que nos
sea una prebenda, en unos años aquella se convertirá en un posible detrimento
patrimonial, pues el dirigente que la concede, cuando ejerce el cargo para el
que fue elegido, sin pudor alguno, se ocupa de saquear recursos del presupuesto
público, para librar aquello que ‘invirtió’ en campaña. Además, estaríamos
patrocinando a un potencial corrupto que no merecen gloria ni admiración.
En el ejercicio de nuestra
democracia, como constituyente primario, gozamos de la facultad de
manifestarnos. Así pues, en una conducta idónea de pueblo soberano, nuestra
obligación es votar libre y espontáneamente. Evitemos desde cualquier esfera,
fraudes electorales. Recordemos que aquel que concede beneficios para ganar, es
un farsante que solo pretende apropiarse de los recursos nacionales. Hagamos
cultura política y votemos por quien nuestras convicciones, consideren
apropiado. Leamos cada propuesta, y, analicemos con detenimiento. De ser así,
auguro muy buenos resultados.
Es hora de rechazar de plano a
sujetos inescrupulosos que buscan en el sagrado ejercicio de lo público,
intereses mezquinos y arbitrarios. Se trata de nuestro futuro como nación.
Hagamos parte del cambio. No botes, no regales, ni vendas tu voto. Hazlo por
amor, por conciencia y por sentido de pertenencia con tu familia, amigos y
patria. De ello depende que nos desarrollemos como un Estado sano. La tarea es
de todos.
Comentarios
Publicar un comentario