Inalcanzable resulta, en
principio, la idea de considerar a Álvaro Uribe y Germán Vargas unidos para una
contienda presidencial en el 2018, luego del distanciamiento de ambos y de
diferencias políticas irreconciliables; creíamos que no existía la más mínima
intención de alianza entre uno y otro. No obstante, por las coyunturas
políticas actuales es factible verlos unidos en una segunda vuelta de la
contienda electoral; pues quieran o no, ambos se necesitan para lograr sus
aspiraciones políticas.
De esta manera, no es que Uribe y
Vargas quieran estar juntos, sino que por estrategia es lo que les corresponde
hacer, toda vez que, tienen plena certeza de que consolidando una coalición,
evitarían fracasar en las elecciones del 2018. Además, no es un secreto que la
Unidad Nacional se opone de manera tajante a los postulados de Germán Vargas,
ya que, ningún miembro de dicha colectividad ha sido benevolente por su
silencio frente al acuerdo de paz.
Especímenes de la fauna política
como Humberto de la Calle, Roy Barreras, Armando Benedetti, entre otros,
consideran a Germán Vargas como una potente amenaza para la ejecución del
llamado post-conflicto, por ello, se han encargado de satanizarlo hasta el
punto de lograr su cometido. Directamente, dicha situación es la que acercará a
Vargas con Uribe. Así pues, es la Unidad Nacional y la izquierda democrática
quienes se encargarán de unir a ambos personajes para que puedan triunfar.
Como si fuera poco, Germán Vargas
Lleras en un acto público en Neiva, manifestó la posibilidad de considerar una
unión efectiva a través de una afirmación que supone mucho:“Si los sectores de
izquierda se convierten en una amenaza para Colombia, no tendría reparo alguno
en buscar una alianza”, dejando entrever que, tanto para él como para Uribe, ya
es un hecho que la izquierda de este país encarnada en el nuevo partido
político de las Farc, es una efectiva amenaza para la estabilidad y bienestar
de la nación.
En mi opinión, es acertada la
alianza que se puede llegar a presentar entre ambos sujetos, no porque
coincidamos ideológicamente con uno y con otro, sino porque comprendemos que
son en la actualidad los únicos dirigentes capaces de contrarrestar el poder
político desmesurado que el Gobierno de turno le ha otorgado de manera impune a
las Farc.
De tantos beneficios y
concesiones al terrorismo, el panorama no es tan negativo, en la medida en que
hay una esperanza para luchar contra la arbitrariedad del mismo, la cual está
encarnada en dos personas que vilmente fueron víctimas de ese comunismo
revolucionario que nos quieren implantar; ellos son Álvaro Uribe y Germán
Vargas Lleras, sujetos competentes para quienes detestamos lo pactado entre el
Gobierno y las Farc.
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