Ir al contenido principal

LA SOLICITUD DEL EX-MINISTRO PALACIO


Hace algunos días observamos la primer controversia suscitada por la denominada Jurisdicción Especial para la Paz (JEP); la misma que cuenta con innumerables desbarajustes en materia de impartición y administración de justicia debido a la ambigüedad en sus finalidades y disposiciones. El problema presentado se produjo por la solicitud que realizó el ex-ministro de Protección Social- Diego Palacio Betancourt- consistente en la posibilidad de que su situación jurídica fuese tramitada por la JEP.

Dicha petición fue el talón de Aquiles para ocasionar un potencial mal entendido, y, por ende, un desbordado enfrentamiento entre el ex-presidente Uribe y Néstor Raúl Correa- secretario de dicha jurisdicción. Claro, no era para menos, cuando de manera negligente e irresponsable el secretario Correa, manifestó vehementemente en importantes medios de comunicación que el ex-ministro en virtud de la petición para acogerse a la JEP, había reconocido la comisión del tipo penal de Cohecho por dar u ofrecer, con miras a obtener la reelección de su jefe político.

Lo realmente cómico del asunto es que, Néstor Raúl Correa obró de manera burda y pretendió- con la intención de ‘lavarse las manos’- culpar a los medios de comunicación por haber publicado semejante afirmación; afirmación que surgió de su infinita indelicadeza para manejar un asunto de vital importancia en la opinión pública nacional.

Sin embargo, ello no constituye un eximente de responsabilidad para que medios de comunicación tan “independientes y ponderados” como: Semana, El Espectador, El Tiempo, El Colombiano, La W-Radio, El País, entre otros, hayan titulado sin verificar con seriedad y ápice de rigor, la veracidad de la noticia anunciada. Pues, no solo han quedado como unos notables ineptos, sino que, además han demostrado su excesiva parcialidad, y porque no, mediocridad, que en el caso concreto, manifestaron al momento de des-informar. De esta manera, no solo resulta culpable el negligente secretario de la JEP, sino también todos y cada uno de los medios anteriormente mencionados.

Ahora bien, frente a la actuación del ex-ministro Palacio, es menester afirmar que la solicitud en ningún momento supone la aceptación de la conducta típica, sin embargo, la misma daría lugar a interpretar extensivamente que sí se efectúo la comisión del delito toda vez que resulta desproporcionada y está fuera de contexto, debido a los argumentos que aduce el peticionario para obtener lo solicitado.

Es totalmente absurdo que Palacio sostenga que se incurrió en el delito de Cohecho por ofrecer notarías, con el fin de obtener la reelección necesaria del ex-presidente Uribe para finalizar la guerra, ya que, con dicha afirmación, no reconoce expresamente la realización del tipo penal, pero si acepta tácitamente abrupta corrupción para reelegir al jefe del Gobierno al que sirvió, y ello en estricto sentido, es lo mismo que reconocer la conducta típica, jurídicamente relevante.

Es dañino que muchos puedan interpretar la situación de esta manera, pero inexorablemente ese ha sido el riesgo creado por el ex-ministro con los argumentos de su petición. Particularmente, siempre he creído en la buena fe del Gobierno-Uribe; lastimosamente no he sentido lo mismo con algunos de sus funcionarios.

Finalmente, hay que tener en cuenta que no son claros los objetivos propuestos por la JEP, en la medida en que, no sabemos si habrá o no impunidad; es necesario replantearla, o en su defecto, derogarla. Por lo pronto, debemos mencionar que dicha jurisdicción, incluso con infinidad de discordancias, no está hecha para solucionar conflictos provenientes de la corrupción, sino situaciones que surgen exclusivamente del conflicto armado.


Así las cosas, según lo solicitado por Palacio, no debería aplicar la medida, ya que, en su manifestación es evidente que se presenta una situación generada por posibles actos de corrupción, pero no por el prolongado enfrentamiento armado. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

MANO DURA CONTRA EL TERRORISMO

El Gobierno Nacional está poniendo en cintura a los enemigos de la patria, pues hemos observado acciones determinantes en contra de los más temidos terroristas; esos mismos denominados objetivos de alto valor que desde el país vecino hacen de las suyas con la complicidad del rufián Maduro. La verticalidad del Gobierno es seria: cercar diplomáticamente al bandido analfabeta de Maduro y asfixiar en sus madrigueras a los genocidas de Gentil Duarte, Márquez, Santrich, Romaña, y El Paisa. Lo cual aplaudimos puesto que ese es el único camino para proteger a nuestra democracia. Razón tuvo un abogado cuando propuso a través de una obra magistral darle muerte al tirano; ese mismo que con su venia y, desangrando a su país, ha auxiliado a los enemigos de Colombia. La muerte del cabecilla Maduro, de Diosdado Cabello y del Cartel de los Soles es una necesidad que apremia para el bienestar de Latinoamérica.   A decir verdad, Nicolas Maduro, un cavernícola infundado, no ha escatimado esfuer...

'RAFAEL URIBE NOGUERA': LA PERVERSIÓN DEL CRIMEN

Existen personas que son la negación de la humanidad, efectivamente ello es el hombre de 38 años, llamado Rafael Uribe Noguera: La perversión del crimen y de la maldad, disfrazada de ‘honorabilidad’, no es posible que pueda existir un prospecto con mayor sevicia y frialdad para realizar un crimen que aquel. ¿Qué puede estar pensando una persona supuestamente ‘privilegiada’ cuando decide someter al más intenso sufrimiento a una criatura de 7 años?  La respuesta a esta pregunta exige un análisis riguroso en materia psiquiátrica, psicológica, sociológica, y jurídica, lo cual no es posible retratar en este artículo, sin embargo para ilustrar la situación, podemos afirmar lo siguiente: este sujeto obró con dolo y sevicia, porque conocía la conducta que estaba realizando, se pudo evidenciar que la ejecutaba encontrándose dentro de las condiciones óptimas, sin consumir sustancia alucinógena alguna al momento de la perfección del crimen, con plena conciencia y sádica complacenci...

LA VERDAD SOBRE LOS FALSOS POSITIVOS

Falsos Positivos fueron las bajas de los civiles- no beligerantes- cometidos por algunos miembros del Ejército de Colombia, abusando de la potestad de ejercer, legítimamente, la acción contundente del Estado. Específicamente, estos asesinatos tenían como objetivo aparentar resultados militares-operacionales exitosos contra la banda narco mafiosa Farc- cuando era lo contrario- con el fin de obtener retribuciones de carácter económico, días de descanso, condecoraciones y atractivos reconocimientos. El tema, desde la Responsabilidad Extracontractual del Estado, ha constituido una falla del servicio, pues la fuerza pública en ninguna circunstancia puede atentar contra la vida de personas no beligerantes, ni mucho menos en eventos de inferioridad. El daño antijurídico a los sujetos fue notorio, dado que no tenían el deber jurídico de soportarlo. De allí las condenas resarcitorias en contra del Estado colombiano. Luego, desde la Responsabilidad Política, resulta un despropósito enorme ac...