Al parecer, la poderosa
corruptela Odebrecht salpicó la campaña electoral “Santos Presidente 2014”,
nada más ni nada menos que con la ‘módica’ suma de un millón de dólares que
posiblemente terminó filtrada en la gerencia de la misma. La Fiscalía General
ha manifestado que una parte del dinero recibido- como soborno- por el ex-senador
detenido Otto Bula pudo resultar inyectado en las cuentas de la turbia campaña
presidencial.
El poderío criminal de Odebrecht
ha salpicado las esferas del poder de un continente. Nunca antes se había visto
una compañía con tanta eficacia para corromper la esfera estatal de toda una
región. Pero ello no es lo realmente grave porque en contra de dicha compañía
procederán las respectivas acciones legales, pero en contra de muchos otros que
se beneficiaron de ella seguramente habrá infinita impunidad, y eso sí es
preocupante. Apenas han capturado a unos pocos de muchos funcionarios que
seguramente incurrieron en conductas delictivas.
A decir verdad, si se logra
comprobar el ingreso de ese capital a la campaña presidencial, tendríamos los
colombianos el derecho y la potestad de exigirle al primer mandatario su
renuncia inmediata para que procedan contra él las respectivas acciones legales
toda vez que existirían suficientes elementos de juicio para determinar
que no solo es un sujeto sin escrúpulos,
sino que adicionalmente es un potencial bribón.
Lo cierto es que si se llegare a
comprobar el ingreso de dicho dinero directamente se presumiría el conocimiento
por parte de Roberto Prieto- gerente de la campaña, así como la aprobación de
Santos, es por ello que esos cuestionados sujetos no pueden decir ahora que
desconocían la situación. Nadie puede ignorar semejante ingreso a una campaña
electoral. Ello es sencillamente absurdo por lo evidente. ¡No nos crean tan
pendejos!
Ahora bien, la Fiscalía General
debe obrar con prontitud y eficiencia, de no ser así, perderá toda su
credibilidad. No es posible pasar de agache la denuncia de semejante barbarie
presupuestal, más aun tratándose de una situación que involucra directamente a
la presidencia de la república. Nunca antes un escándalo de corrupción había
golpeado tanto a Colombia. La manera más adecuada para subsanar esa
desagradable situación consistirá en proceder de conformidad, dándole absoluta
prioridad al caso con el fin de que todos los involucrados respondan ante los
estrados judiciales.
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